Miren ustedes nomás qué belleza. A esto llamo yo dialéctica.
Esperando a los bárbaros Konstantin P. Kavafis -¿Qué esperamos congregados en el foro? Es a los bárbaros que hoy llegan. -¿Por qué esta inacción en el Senado? ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores? Porque hoy llegarán los bárbaros. ¿Qué leyes van a hacer los senadores? Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros. -¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad, está sentado, solemne y ciñendo su corona? Porque hoy llegarán los bárbaros. Y el emperador espera para dar a su jefe la acogida. Incluso preparó, para entregárselo, un pergamino. En él muchos títulos y dignidades hay escritos. -¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron hoy con rojas togas bordadas; por qué llevan brazaletes con tantas amatistas y anillos engastados y esmeraldas rutilantes; por qué empuñan hoy preciosos báculos en plata y oro magníficamente cincelados? Porque hoy llegarán los bárbaros; y espectáculos así deslumbran a los bárbaros. -¿Por qué no a acuden, como siempre, los ilustres oradores a echar sus discursos y decir sus cosas? Porque hoy llegarán los bárbaros y les fastidian la elocuencia y los discursos. -¿Por qué empieza de pronto este desconcierto y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!) ¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían y todos vuelven a casa compungidos? Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron. Algunos han venido de las fronteras y contado que los bárbaros no existen. ¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros? Esta gente, al fin y al cabo, era una solución. |
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Bárbaros
Adam Zagajewski
Éramos nosotros los bárbaros.
Era ante nosotros que temblabais en los palacios.
Nos esperabais con el corazón estremecido.
Era sobre nuestras lenguas que decíais:
quizás se formen sólo de consonantes,
de susurros, murmullos y hojas secas.
En los negros bosques vivíamos nosotros.
Era a nosotros que temía Ovidio en Tomos,
éramos nosotros los que veneraban a dioses
cuyos nombres no sabíais pronunciar.
Pero también nosotros conocimos la soledad
y el temor, y deseamos la poesía.
Era ante nosotros que temblabais en los palacios.
Nos esperabais con el corazón estremecido.
Era sobre nuestras lenguas que decíais:
quizás se formen sólo de consonantes,
de susurros, murmullos y hojas secas.
En los negros bosques vivíamos nosotros.
Era a nosotros que temía Ovidio en Tomos,
éramos nosotros los que veneraban a dioses
cuyos nombres no sabíais pronunciar.
Pero también nosotros conocimos la soledad
y el temor, y deseamos la poesía.
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No sé si sepas, pero Kavafis me hace llorar mucho, a veces más de la cuenta.
ResponderEliminarBesos***
A mi también, es difícil contenerte cuando encuentras un círculo lírico tan hermoso como éste. Oriente responde a Occidente.
ResponderEliminarEn efecto: nosotros también deseamos la poesía...
Te quiero mucho miwi :D
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Está con madre, morrilla. Neta que sí.
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