¿Qué esconde la oposición de ideas que sugieren los dos sustantivos del título? Nada más que eso: Amor y basura, de eso se trata el libro.
Ya hace tiempo que en la parte oriental de Europa se vienen escribiendo libros que hablan de libros, aquí lo llamamos metaliteratura. Calasso lo llama literatura absoluta. Goran Petrović, Imre Kertézs, Milorad Pavić, en fin Ivan Klíma, han descrito personajes cuya actividad principal, sino es que vital, está relacionada con un libro, escribir uno, encontrar uno, viajar a través de uno.
El personaje de Klíma es un escritor que, al regresar de Estados Unidos, se ve obligado a trabajar como barrendero puesto que, al ser judío, ningún otro puesto está a su alcance. Este hombre sufrió el acoso nacionalsocialista en su infancia, pero no hace de ello un drama universal, como de hecho lo fué, lo trágico de su personaje es la soledad. Está siempre presente ese carácter melancólico y hasta resignado de los personajes eslavos, sucede con Petrovic y con Ivo Andric, ambos serbios y ni qué decir de Jan Neruda y de este otro checo.
En una anécdota que considero significativa, el personaje, que en Estados Unidos ejercía como catedrático en una universidad, relata lo que sucede el día que se les ocurre hacerle una fiesta de despedida: "...todos fueron amables conmigo y sonrientes, a la americana, y me pedían con insistencia progresiva que les explicara cómo diablos se me ocurría dejar su rico y libre país para volver al mío, pobre y carente de libertad, donde probablemente me meterían en la cárcel o me enviarían a Siberia. Intenté ser igualmente amable. Recurrí al patriotismo o a una misión en la vida, hasta que se me ocurrió una imagen suficientemente sugestiva. Dije que en mi país me conocían. Allí, anque tuviera que barrer calles, sería lo que soy, lo único que quiero ser..."
La ironía de su pluma es chispeante y aguda, y el tono (que conserva a lo largo de la novela) sin embargo esta impregnado de esa atmósfera nublada que le da alma a la narración.
Acerca de la basura dice Klíma: "La materia no desaparece, como mucho puede cambiar de forma. La basura es inmortal, se mezcla con el aire, se hincha en el agua, se disuelve, pudre, fermenta, se convierte en gas, en humo, en cenizas, viaja por el mundo y, paulatinamente, lo recubre"
Esta es la poética de la basura de Klíma. ¿Cómo no amarlo cuando vomita tanta verdad?
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