El amor es un juego de límites: hay una línea más allá de la cual todo muere sin remedio ni vuelta atrás. Antes de llegar a esa tierra yerma existe una zona confusa que da cobijo a la tortura y la obsesión, la resistencia al dolor, la pasión, la autoflagelación. Es el territorio infinito del “para siempre”, donde todo es soportable y deseable. Normalmente uno juega ahí y sufre y se divierte y ama. La mayoría son muy audaces y por arriesgar demasiado cruzan la línea. Lo infinito se revela como una mentira y entonces se hace el oscuro final.
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Ya decían por ahí: Siempre es todavía.
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Muchos besos*
Joder!
ResponderEliminarHola!! El amor es un juego SIN límites, por eso es lo más terrible y placentero a la vez. Ah, qué sería de nosotros sin el amor!! Una plaza vacía y aburrida, un montón de lápices sin filo, un vórtice de hastío y soledad. Menos mal que existe..., que nos torture, jajajajaj. Muchos besos!!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY cuando "para siempre" dura seis meses, es extraño despegarse poco a poco del muro que guarda nuestra silueta; ver la marca imborrable que ha dejado el amor en los ladrillos de la existencia.
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