Nulo



Un día, H. olvidó su lengua. Sabía cómo hablar, pero no conocía palabra alguna. Recordaba el acto de escribir pero todas las grafías le parecían extrañas o curiosas en el mejor de los casos. Tampoco tenía memoria de sí mismo hablando en otros tiempos, lo cual fue una ventaja pues no se sintió mutilado por su carencia, ni siquiera le parecía tal. No había una referencia o noción de palabra. 
Ese día, pues, tan sólo se sintió inexplicablemente liviano. Por la noche se dedicó a imaginar sin cerrar los ojos y vio que aquello estaba bien. En la mañana por fin cayó en   cuenta de que no sabía hablar. Por si las dudas, preparó una maleta negra en la que metió algunas cosas básicas, en caso de que algún día recordara todo lo olvidado. Si eso sucediera, tendría que huir a algún país cuya lengua fuera absolutamente incomprensible.




***



3 comentarios:

  1. este me dejará con la cabeza un poco revuelta

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  2. no me había percatado de la foto
    pinches tontos que destruyeron la biblioteca
    conoces un libro que se llama: firewell to bosnia?

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  3. No, no conozco el libro, de quién es? dónde se consigue?

    Abrazo

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