libros tontos




Hay libros que uno lee para aprender y hay libros que uno lee por gusto. La sed de conocimiento y el asombro ante la belleza de un poema o de una novela, de un ensayo o de una pieza teatral, no están peleados, pero tampoco son lo mismo. Hay autores que se vuelven referencia por el caudal de erudición que plasmaron en sus escritos, ésos de los que uno no debe renegar porque está mal visto (uno es ignorante o simplemente idiota), aquellos que nos abrieron camino con su inteligencia y su sabiduría, y los que uno debe consultar para justificar posturas. Hay otros que no necesitan justificación, porque tienen víscera y eso basta.
Hay autores que semejan al maestro parado en la cátedra, frente a los alumnos que, ávidos, toman nota de cada palabra que sale de sus labios. Esos catedráticos rígidos no aceptan réplica, no están ahí para sugerir mundos, sino para transmitir conocimiento.
Y están esos otros que miran a los ojos, penetran y hunden sus palabras en uno, ésos por los que uno ya no es la misma persona antes, que después.
Leer es un acto egoísta, se lee porque el mundo es demasiado pequeño y porque queremos que sea un poco más grande para nosotros. Se lee porque en cada libro buscamos algo que nos hable, en el mejor de los casos, de nosotros mismos. Pero si no es así, con que hable con uno es suficiente.
Los libros de conocimiento muestran, los libros de belleza hablan.

El conocimiento me sirve menos que la víscera.

El conocimiento, cuando está, lo agradezco, pero es accidental.
Si quisiera aprender, leería a Reyes, a Zweig, a Schnitzler, pero francamente me aburren, su amanerada erudición y sabiduría, su estilo tan ridículamente cuidado me tienen sin cuidado. Pero siempre tomo nota, porque dicen cosas muy inteligentes.

Prefiero a Montaigne, a Cavafis, a Pessoa, a los rusos.

Yo no leo libros para aprender.


*

Decía Ibán la semana pasada que se alegraba de haber comprado sin querer un libro de Hamsun que ya tenía, sólo que en otra traducción. Cuando le pregunté por qué, dijo que porque no quería que alguien más leyera esa novela, ¿pero por qué?, si te gusta tanto Hamsun, deberías querer que otros lo leyeran. No, me respondió no quiero que nadie más lo lea para que no me puedan decir que no le gusta por esto o lo otro.
No creo que haya nadie, le dije, a quien no le gustara Hamsun si lo leyera.

Pero seguro que a los que leen para aprender, no les gustaría.

*

2 comentarios:

  1. Sí, ya lo dijo Lupe Esparza: "cómo quieren que sus letras entren en mi mente".

    ResponderEliminar
  2. jajajajaja, siempre tan atinado Ibáns :D

    te quiero

    ResponderEliminar

 

Blogger news

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

About

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.