Pues ni tan "unendliches" o al menos eso lo sabremos después...
Carl me preguntaba que cuando iría a visitarlo, el año pasado, cuando nos despedimos le dije que iría este verano, lo mismo le prometí a Dushka y a Claire, francamente, sin saber a ciencia cierta si podría cumplirlo, visto que para ello tendría que ahorrar durante más de un año y aún así, veía el panorama un poco obscuro...
Sin embargo, Jaime se lució y financió mi boleto de avión. Ahora sólo me queda poner a trabajar mi ingenio, no tan "unendliche", para ver cómo diablos sobreviviré en las Europas...pero sobre todo para conseguir libros!!!, ya que de la comida casi no me preocupo (de pan, vino y queso puedo sobrevivir fácilmente XD), Carl tiene viñedos y me mantendrá el tiempo que esté en Viena, y Dushka dijo que ella se encargaría de todo una vez que estemos en Serbia, ahora, Hungría es otra cosa; mi amigo Josué dice que es de todos sabido que el nivel de músico callejero está muy alto, así que queda descartada la opción de cantar en los puentes danubianos.
Por si fuera poco todo esto, estoy considerando seriamente la opción de no volver. Lo he meditado y llegué a la conclusión de que aquí no tengo nada, en ningún otro lugar tampoco. Precisamente por eso. Al final de este viaje decidiré qué hacer.
Probablemente lo que necesito es sacudirme estas estúpidas crisis, la profesional y la emocional, después veré que hago. Lo único que deseo es cruzar los puentes, eso es todo.
Es increíble cómo se empaca la vida en una maleta. Como un linyera posmoderno, guardo mis documentos importantes en mi USB, la novela que terminé de escribir hace dos meses, las 10 páginas de la que comencé hace seis y que no he podido continuar, los proyectos que pienso traducir en un futuro, algunos buenos ensayos, libos electrónicos, casi todas mis fotografías y mi música indispensable. Por supuesto, tambien Eternal sunshine of the spotless mind.
Me pregunté cuáles eran los libros de los cuáles no podía prescindir o que difícilmente podría conseguir del otro lado del mundo y opté por uno de Ivo Andric, los poemas completos de Cavafis y un libro de poesía de Houellebecq (siempre necesito volver a Houellebecq en algún momento, por eso le pedí el libro de regreso al Innombrable: "Et si nous avons besoin de tant d'amour, à qui la faute?...") y algunos libros de la tésis que SÍ planeo terminar, Pascal Quignard y tres o cuatro libros de teoría. Además de eso... ropa ligera y un cambio de zapatos. Y todavía tengo que dejar espacio libre para los libros que logre conseguir allá en caso de que decida volver, como lo marca mi boleto, el 23 de agosto.
Carl me preguntaba que cuando iría a visitarlo, el año pasado, cuando nos despedimos le dije que iría este verano, lo mismo le prometí a Dushka y a Claire, francamente, sin saber a ciencia cierta si podría cumplirlo, visto que para ello tendría que ahorrar durante más de un año y aún así, veía el panorama un poco obscuro...
Sin embargo, Jaime se lució y financió mi boleto de avión. Ahora sólo me queda poner a trabajar mi ingenio, no tan "unendliche", para ver cómo diablos sobreviviré en las Europas...pero sobre todo para conseguir libros!!!, ya que de la comida casi no me preocupo (de pan, vino y queso puedo sobrevivir fácilmente XD), Carl tiene viñedos y me mantendrá el tiempo que esté en Viena, y Dushka dijo que ella se encargaría de todo una vez que estemos en Serbia, ahora, Hungría es otra cosa; mi amigo Josué dice que es de todos sabido que el nivel de músico callejero está muy alto, así que queda descartada la opción de cantar en los puentes danubianos.
Por si fuera poco todo esto, estoy considerando seriamente la opción de no volver. Lo he meditado y llegué a la conclusión de que aquí no tengo nada, en ningún otro lugar tampoco. Precisamente por eso. Al final de este viaje decidiré qué hacer.
Probablemente lo que necesito es sacudirme estas estúpidas crisis, la profesional y la emocional, después veré que hago. Lo único que deseo es cruzar los puentes, eso es todo.
Es increíble cómo se empaca la vida en una maleta. Como un linyera posmoderno, guardo mis documentos importantes en mi USB, la novela que terminé de escribir hace dos meses, las 10 páginas de la que comencé hace seis y que no he podido continuar, los proyectos que pienso traducir en un futuro, algunos buenos ensayos, libos electrónicos, casi todas mis fotografías y mi música indispensable. Por supuesto, tambien Eternal sunshine of the spotless mind.
Me pregunté cuáles eran los libros de los cuáles no podía prescindir o que difícilmente podría conseguir del otro lado del mundo y opté por uno de Ivo Andric, los poemas completos de Cavafis y un libro de poesía de Houellebecq (siempre necesito volver a Houellebecq en algún momento, por eso le pedí el libro de regreso al Innombrable: "Et si nous avons besoin de tant d'amour, à qui la faute?...") y algunos libros de la tésis que SÍ planeo terminar, Pascal Quignard y tres o cuatro libros de teoría. Además de eso... ropa ligera y un cambio de zapatos. Y todavía tengo que dejar espacio libre para los libros que logre conseguir allá en caso de que decida volver, como lo marca mi boleto, el 23 de agosto.
Alguien me dijo que si había que leer un solo libro para después no volver a leer nada, ése sería La muerte de Virgilio, pero aún no lo decido, pesa mucho y yo viajo ligera, y si en verdad esto se convierte en una fuga sin fin (alabado sea el señor Joseph Roth)valdrá más empezar a vivir el relato en vez de sólo leerlo...
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