escalas

*Dibujo de Rai Escalé

Antes de la imagen fue la escala, principalmente la escala. Justo ahora intento definir la escala de los lugares y de las personas; de la memoria y del presente. Una vez en Valencia conocí a un hombre que pensaba escribir un Tratado sobre el Hueco. Este hombre, su nombre era Prim, Sergio Prim (La escala de los mapas), estaba enamorado de una mujer desde hacía diez años. Una noche, ella se le apareció en la estación del autobús y poco después se enamoró de él. Él no sabía qué hacer cuando un sueño dejaba de serlo y se convertía en algo tangible, así que el asunto no terminó tan bien como cabría esperar. Según Prim, era una cuestión de escalas. Decía que la escala de ella era muy reducida, por eso a sus ojos él tenía un tamaño desproporcionado, y Prim era más bien como un punto vago en el mapa de su propia historia. Su enamorada debía necesariamente aumentar la escala para verlo como lo que era: un hombre pequeño, de ésos que no admiten fracasos mediocres.

Aquel encuentro me dio para pensar durante varios días en los hombres grandes y en los que no lo son. Ser un hombre grande implica ciertas responsabilidades y voluntad para presentarse y representarse ante el mundo. El hombre grande no advierte los intersticios ni las comisuras, no se permite dudar, su pensamiento es puntual y circular como el mecanismo de un reloj. Dentro de esas oquedades que le están vedadas es donde habita el hombre pequeño, quien mira sin ser observado. El hombre pequeño es quien se queda al final a recordar lo que el mundo desecha por falta de interés. El hombre pequeño tiene la totalidad por camino, aunque nunca logre cubrirla. El hombre pequeño percibe el brillo sutil de las gotas de rocío al alba. El hombre pequeño se instala en las grietas y acecha. El hombre grande con las plantas de los pies hunde todo su peso en el océano, el pequeño camina encima de las aguas. El grande nunca está a la altura del pequeño, su mecanismo de relojería no le permite cambiar la escala. El hombre pequeño pregunta y el grande responde, aunque, por lo general, errónea o parcialmente. 

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