Para Manuel

Últimamente me concentro en la acumulación de fotografías. 
Él me mira un poco triste, un poco desconcertado, no sé, y se pone la mano en el rostro, pero tras sus dedos  cambia la mueca por una sonrisa leve, creo que piensa en el siguiente movimiento de su peón en el tablero de ajedrez.
Como me da miedo y culpa preguntarle qué le pasa, por qué es un hombre triste, sólo le tomo fotografías. O eso intento. Él no me cree que lo quiero, porque soy una de esas personas que para querer es inmejorablemente mediocre. 
Se ríe, hace chistes y yo siempre tengo ganas de preguntarle por qué es un hombre tan triste.
No existe en mi colección todavía, una foto donde estemos él y yo juntos.
Mañana lo intentaré de nuevo, quizá...

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