Chaplin viaja en metro



Por primera vez éramos felices. Eran las doce y acababan de cerrar el metro. Habíamos logrado burlar la seguridad y estábamos tan contentos y satisfechos como dos niños después de comerse un pastel de chocolate, aunque en realidad no habíamos comido nada en tres o cuatro días. Corrimos de un lado a otro y cantamos algunas canciones viejas en mal francés. Representamos una secuencia que nos gustaba mucho de una película de Chaplin, aunque no podíamos contenernos y terminábamos riéndonos. 
Cuando nos cansamos de hacer tonterías, nos fumamos entre los dos el último cigarro y fue, creo, más sabroso que aquel pastel que no nos habíamos comido. Al final, él se guardó la colilla en el bolsillo y nos metimos en el camino trazado por las vías. Caminamos durante horas en la oscuridad de los túneles, pasamos por muchas estaciones más. Las ratas nos alumbraban con sus ojillos encarnados. Hasta que por fin sentimos el oscuro y sordo temblor del despertar citadino. Satisfechos y victoriosos corrimos al encuentro del primer tren.

***

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Blogger news

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

About

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.